“Chavalxs", es el resultado de un proyecto fotográfico colaborativo que la artista juarense Alejandra Aragón llevó a cabo durante del 2021-2023 con comunidades del Valle de Juárez y la Sierra de Chihuahua. El proyecto está enfocado en crear espacios de reflexión a través de la fotografía para explorar las realidades de jóvenes en zonas rurales cercanas a la frontera entre México y Estados Unidos que han sido afectadas por la simulada guerra contra el narcotráfico. La intención es integrar a la comunidad y su visión al proceso de producción artística, compartir conocimiento facilitando herramientas creativas, dialogar sobre la identidad, la realidad social y la representación, así como contribuir a los esfuerzos ya existentes para fortalecer la comunidad y su memoria colectiva.
“Chavalxs", es el resultado de un proyecto fotográfico colaborativo que la artista juarense Alejandra Aragón llevó a cabo durante del 2021-2023 con comunidades del Valle de Juárez y la Sierra de Chihuahua. El proyecto está enfocado en crear espacios de reflexión a través de la fotografía para explorar las realidades de jóvenes en zonas rurales cercanas a la frontera entre México y Estados Unidos que han sido afectadas por la simulada guerra contra el narcotráfico. La intención es integrar a la comunidad y su visión al proceso de producción artística, compartir conocimiento facilitando herramientas creativas, dialogar sobre la identidad, la realidad social y la representación, así como contribuir a los esfuerzos ya existentes para fortalecer la comunidad y su memoria colectiva.
Fecha:
Fecha:
22 de abril - 3 de junio 2023
22 de abril - 3 de junio 2023
Curaduría:
León de la Rosa
León de la Rosa
Proyecto desarrollado con el Border Narrative Change Grant de NALAC. Agradecemos el apoyo de la Fundación Mellon para producir la exhibición.
SEMBLANZA
Alejandra Aragón, monstra-bastarda-fronteriza-of late capitalism que, a través de un proceso multidisciplinario utilizando medios audiovisuales, archivo, objetos, estrategias performativas y colaborativas, explora en su trabajo las intersecciones entre territorio, cuerpo, representación e identidad. Fue parte del Seminario de Fotografía del Centro de la Imagen en el 2017, becaria de jóvenes creadores del FONCA en el 2018. Miembro del Joop Swart Master Class 2020, nominada al premio Oskar Barnack en el 2021, ganadora del primer premio latinoamericano de los Sony World Photography Awards 2022 mismo año en que ingresó al Sistema Nacional de Creadores de México.
Semblanza
Alejandra Aragón, monstra-bastarda-fronteriza-of late capitalism que, a través de un proceso multidisciplinario utilizando medios audiovisuales, archivo, objetos, estrategias performativas y colaborativas, explora en su trabajo las intersecciones entre territorio, cuerpo, representación e identidad. Fue parte del Seminario de Fotografía del Centro de la Imagen en el 2017, becaria de jóvenes creadores del FONCA en el 2018. Miembro del Joop Swart Master Class 2020, nominada al premio Oskar Barnack en el 2021, ganadora del primer premio latinoamericano de los Sony World Photography Awards 2022 mismo año en que ingresó al Sistema Nacional de Creadores de México.
Semblanza
Alejandra Aragón, monstra-bastarda-fronteriza-of late capitalism que, a través de un proceso multidisciplinario utilizando medios audiovisuales, archivo, objetos, estrategias performativas y colaborativas, explora en su trabajo las intersecciones entre territorio, cuerpo, representación e identidad. Fue parte del Seminario de Fotografía del Centro de la Imagen en el 2017, becaria de jóvenes creadores del FONCA en el 2018. Miembro del Joop Swart Master Class 2020, nominada al premio Oskar Barnack en el 2021, ganadora del primer premio latinoamericano de los Sony World Photography Awards 2022 mismo año en que ingresó al Sistema Nacional de Creadores de México.
Texto curatorial
Somos los pueblos de los que ni siquiera Rulfo escribió. Seguro se creyó el cuento de que en nuestra realidad no hay resistencia, de que en nuestras costumbres no hay arraigo y de que en nuestro territorio no hay permanencia; el cuento de que nos faltan raíces, carecemos de tejido social y nunca tuvimos culturas auténticas; el cuento de que nuestras carreteras son todas salidas, las visitas son de paso y los que permanecemos lo hacemos porque nuestros intentos de escape fallaron. Pero lo más seguro es que Rulfo ni siquiera supo de nosotros porque si bien somos pueblos, nunca nadie nos acusará de ser EL pueblo, si acaso apenas SEMOS pueblo.
Al explorar zonas rurales alrededor de la frontera entre Chihuahua con Texas, Alejandra Aragón primero encontró a su padre entre pueblos que ya conocía—como lo documenta su galardonado proyecto 'Vine a la Pinta porque me dijeron que acá vivía mi padre'—que luego logró reconocer como comunidad. Y no, Alejandra no vino a documentarnos, ni a darnos voz o cultura; vino porque nos reconoció entre ella y nosotros la reconocimos de vuelta, le ofrecimos espacios para reconocerse entre nuestras fiestas, nuestras ausencias, nuestros logros y nuestras violencias. Porque violencias hay muchas y no solamente la espectacular por la que los medios nos etiqueta como “pueblos controlados por el crimen organizado”. En nuestros pueblos también existe la violencia cotidiana del abandono, las promesas del progreso y la concentración de sueños, éxitos y poderes en la ciudad más cercana, siempre justo afuera de los límites de nuestros ejidos privatizados, siempre justo más allá de nuestro alcance colectivo.
Y así, con Chavalxs, Alejandra propone un modelo educativo para enfrentar las violencias cotidianas a través de la fotografía como un medio para la autorepresentación y la interrogación crítica de nuestro territorio, para identificar afectividades y desarrollar arraigos, para reflexionar en colectivo sin olvidar la expresión personal. Y aunque sabemos que las inequidades estructurales entre lo rural y lo urbano no se solucionarán mediante ofertas culturales esporádicas, si es importante reconocer que procesos comprometidamente colaborativos como el que hoy nos comparten Alejandra y sus compas, abren posibilidades para que cada participante esboce éxitos y progresos independientes del ideal urbano, el que todos los días intenta convencerlos que nos abandonen, a nosotros su Valle y su Sierra, para convertirse en partícipes de la concentración desmedida y criminal que informa cada ciudad.
Detrás de cada migración hay despojo, hay recursos desplazados y reubicados en donde más PODER hay; PODER con mayúsculas: poder económico, político, laboral, intelectual, estético, ético, representativo, expresivo, de resistencia y de ocio. No es cierto que nuestra juventud nos abandona porque no le ofrecemos lo que necesita, nos abandona porque las ciudades se han apropiado incluso de nuestros sueños de éxito y progreso. Con Chavalxs, Alejandra Aragón inició procesos que ahora nos corresponde a nosotros continuar hasta recordar lo que hace mucho creímos haber perdido, motivos para permanecer, resistir y celebrar desde y sobre nuestros territorios.
Celebremos entonces el proceso, gocemos de la fotografía como medio capaz de producir mucho más que una imagen con requerimientos formales y construyamos una educación capaz de edificar diversidades de progresos y abrir abanicos de éxitos en los que nuestras ruralidades dejen de ser apenas avistadas como perpetuamente en tránsito siempre a punto de convertirnos en ciudad.
- León de la Rosa Carrillo
Texto curatorial
Somos los pueblos de los que ni siquiera Rulfo escribió. Seguro se creyó el cuento de que en nuestra realidad no hay resistencia, de que en nuestras costumbres no hay arraigo y de que en nuestro territorio no hay permanencia; el cuento de que nos faltan raíces, carecemos de tejido social y nunca tuvimos culturas auténticas; el cuento de que nuestras carreteras son todas salidas, las visitas son de paso y los que permanecemos lo hacemos porque nuestros intentos de escape fallaron. Pero lo más seguro es que Rulfo ni siquiera supo de nosotros porque si bien somos pueblos, nunca nadie nos acusará de ser EL pueblo, si acaso apenas SEMOS pueblo.
Al explorar zonas rurales alrededor de la frontera entre Chihuahua con Texas, Alejandra Aragón primero encontró a su padre entre pueblos que ya conocía—como lo documenta su galardonado proyecto 'Vine a la Pinta porque me dijeron que acá vivía mi padre'—que luego logró reconocer como comunidad. Y no, Alejandra no vino a documentarnos, ni a darnos voz o cultura; vino porque nos reconoció entre ella y nosotros la reconocimos de vuelta, le ofrecimos espacios para reconocerse entre nuestras fiestas, nuestras ausencias, nuestros logros y nuestras violencias. Porque violencias hay muchas y no solamente la espectacular por la que los medios nos etiqueta como “pueblos controlados por el crimen organizado”. En nuestros pueblos también existe la violencia cotidiana del abandono, las promesas del progreso y la concentración de sueños, éxitos y poderes en la ciudad más cercana, siempre justo afuera de los límites de nuestros ejidos privatizados, siempre justo más allá de nuestro alcance colectivo.
Y así, con Chavalxs, Alejandra propone un modelo educativo para enfrentar las violencias cotidianas a través de la fotografía como un medio para la autorepresentación y la interrogación crítica de nuestro territorio, para identificar afectividades y desarrollar arraigos, para reflexionar en colectivo sin olvidar la expresión personal. Y aunque sabemos que las inequidades estructurales entre lo rural y lo urbano no se solucionarán mediante ofertas culturales esporádicas, si es importante reconocer que procesos comprometidamente colaborativos como el que hoy nos comparten Alejandra y sus compas, abren posibilidades para que cada participante esboce éxitos y progresos independientes del ideal urbano, el que todos los días intenta convencerlos que nos abandonen, a nosotros su Valle y su Sierra, para convertirse en partícipes de la concentración desmedida y criminal que informa cada ciudad.
Detrás de cada migración hay despojo, hay recursos desplazados y reubicados en donde más PODER hay; PODER con mayúsculas: poder económico, político, laboral, intelectual, estético, ético, representativo, expresivo, de resistencia y de ocio. No es cierto que nuestra juventud nos abandona porque no le ofrecemos lo que necesita, nos abandona porque las ciudades se han apropiado incluso de nuestros sueños de éxito y progreso. Con Chavalxs, Alejandra Aragón inició procesos que ahora nos corresponde a nosotros continuar hasta recordar lo que hace mucho creímos haber perdido, motivos para permanecer, resistir y celebrar desde y sobre nuestros territorios.
Celebremos entonces el proceso, gocemos de la fotografía como medio capaz de producir mucho más que una imagen con requerimientos formales y construyamos una educación capaz de edificar diversidades de progresos y abrir abanicos de éxitos en los que nuestras ruralidades dejen de ser apenas avistadas como perpetuamente en tránsito siempre a punto de convertirnos en ciudad.
- León de la Rosa Carrillo
Texto curatorial
Somos los pueblos de los que ni siquiera Rulfo escribió. Seguro se creyó el cuento de que en nuestra realidad no hay resistencia, de que en nuestras costumbres no hay arraigo y de que en nuestro territorio no hay permanencia; el cuento de que nos faltan raíces, carecemos de tejido social y nunca tuvimos culturas auténticas; el cuento de que nuestras carreteras son todas salidas, las visitas son de paso y los que permanecemos lo hacemos porque nuestros intentos de escape fallaron. Pero lo más seguro es que Rulfo ni siquiera supo de nosotros porque si bien somos pueblos, nunca nadie nos acusará de ser EL pueblo, si acaso apenas SEMOS pueblo. Al explorar zonas rurales alrededor de la frontera entre Chihuahua con Texas, Alejandra Aragón primero encontró a su padre entre pueblos que ya conocía—como lo documenta su galardonado proyecto 'Vine a la Pinta porque me dijeron que acá vivía mi padre'—que luego logró reconocer como comunidad. Y no, Alejandra no vino a documentarnos, ni a darnos voz o cultura; vino porque nos reconoció entre ella y nosotros la reconocimos de vuelta, le ofrecimos espacios para reconocerse entre nuestras fiestas, nuestras ausencias, nuestros logros y nuestras violencias. Porque violencias hay muchas y no solamente la espectacular por la que los medios nos etiqueta como “pueblos controlados por el crimen organizado”. En nuestros pueblos también existe la violencia cotidiana del abandono, las promesas del progreso y la concentración de sueños, éxitos y poderes en la ciudad más cercana, siempre justo afuera de los límites de nuestros ejidos privatizados, siempre justo más allá de nuestro alcance colectivo.
Y así, con Chavalxs, Alejandra propone un modelo educativo para enfrentar las violencias cotidianas a través de la fotografía como un medio para la autorepresentación y la interrogación crítica de nuestro territorio, para identificar afectividades y desarrollar arraigos, para reflexionar en colectivo sin olvidar la expresión personal. Y aunque sabemos que las inequidades estructurales entre lo rural y lo urbano no se solucionarán mediante ofertas culturales esporádicas, si es importante reconocer que procesos comprometidamente colaborativos como el que hoy nos comparten Alejandra y sus compas, abren posibilidades para que cada participante esboce éxitos y progresos independientes del ideal urbano, el que todos los días intenta convencerlos que nos abandonen, a nosotros su Valle y su Sierra, para convertirse en partícipes de la concentración desmedida y criminal que informa cada ciudad.
Detrás de cada migración hay despojo, hay recursos desplazados y reubicados en donde más PODER hay; PODER con mayúsculas: poder económico, político, laboral, intelectual, estético, ético, representativo, expresivo, de resistencia y de ocio. No es cierto que nuestra juventud nos abandona porque no le ofrecemos lo que necesita, nos abandona porque las ciudades se han apropiado incluso de nuestros sueños de éxito y progreso. Con Chavalxs, Alejandra Aragón inició procesos que ahora nos corresponde a nosotros continuar hasta recordar lo que hace mucho creímos haber perdido, motivos para permanecer, resistir y celebrar desde y sobre nuestros territorios.
Celebremos entonces el proceso, gocemos de la fotografía como medio capaz de producir mucho más que una imagen con requerimientos formales y construyamos una educación capaz de edificar diversidades de progresos y abrir abanicos de éxitos en los que nuestras ruralidades dejen de ser apenas avistadas como perpetuamente en tránsito siempre a punto de convertirnos en ciudad.
- León de la Rosa Carrillo
OPENING
Fotografía: Iris Díaz
Fotografía: Alejandra Aragón
Fotografía: Alejandra Aragón
montaje
Fotografía: Alejandra Aragón
INAUGURACIÓN
Chavalxs por Alejandra Aragón
22 de abril 2023
MISCELÁNEO
Presentación a instituciones culturales y de juventudes
26 de abril 2023
CHARLA
"Procesos y posibilidades" con Alejandra Aragón, León de la Rosa, Adolfo Fierro, Rubí Acosta y Juan González
26 de abril 2023
PROYECCIÓN
"Aka", documental por Adolfo Fierro y Juan González
13 de mayo 2023
CHARLA
"Arte y activismo", con Alejandra Aragón, Alejandro González, León de la Rosa, Bianca Castillero y Edgar Picazo
27 de mayo 2023