En la exposición, Olga Guerra explora una forma de poética entrelazada ampliamente con el desierto que rodea a Ciudad Juárez. A través de una exploración crítica de los medios con los cuales se realiza su arte, Olga va tejiendo sentidos que culminan en piezas que se vuelven paisajes en sí mismos. La artista recoge elementos del desierto como espinas y hojas para transformarlas y obtener sus materiales de trabajo con los que realiza sus piezas, cruzando ejercicios de escritura y reflexiones en torno a la espina, el sol o el deseo. Esto conforma una poética propia compleja y sutil, que como un rayo de sol se crispa hacía diferentes horizontes en la búsqueda de una práctica artística entrelazada con otras formas de vida; una hacer que al pensar todos los medios de su concepción alcanza una libertad creativa que expresa el asombro de existir en el desierto.